“Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican” (Lc.11,28)

lunes, 9 de febrero de 2015

Guión Lectura orante: Marcos 1,40-45






1. Oración Inicial: Ven Espíritu Santo.  Danos la gracia de acoger la Palabra de Dios.  Ilumínanos con tu luz, abre nuestra inteligencia y nuestros corazones para comprenderla.  Danos la voluntad, el valor y la gracia necesaria para vivirla en nuestras vidas. AMÉN.  Cantar  «Espíritu Santo Ven, Ven».

2.  Lectura: ¿Qué dice el texto?

a. Introducción: El texto de hoy muestra cómo Jesús acoge a un leproso. En aquel tiempo, los leprosos eran las personas más excluidas de la sociedad, evitadas por todos. En Israel, el leproso fue considerado impuro y excluido no sólo de la sociedad, sino hasta de Dios (Lev 14,1-32). Quien se le acercaba también quedaba impuro. Veamos la actitud y qué hace Jesús. Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.

b. Leer el texto: Marcos 1,40-45: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Tratar de descubrir el mensaje de fe que el evangelista quiso transmitir a su comunidad. Leerlo una segunda vez.

c. Un momento de silencio orante: Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones. 

d. ¿Qué dice el texto?

1)     Cada persona lee el versículo o parte del texto que te impresionó más.
2)     ¿Cómo se expresa en este texto la marginación de los leprosos?
3)     Describe cómo Jesús acoge, sana y reintegra al leproso.  Intentemos observar bien todos los detalles.
4)     ¿Qué advertencia da Jesús al leproso sanado? ¿Cómo reaccionó a tal advertencia?
5)     ¿Qué consecuencia sufrió Jesús por asumir la causa de los excluidos?

3. Meditación: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida? No es necesario responder a cada pregunta. Seleccionar las más significativas para el grupo. Lo importante es conocer y profundizar el texto, reflexionarlo y descubrir su sentido para nuestra vida.

a)     ¿Qué leyes, creencias o tradiciones excluyen y maltratan hoy a las personas?
b)   A pesar de dos mil años de cristianismo, la exclusión y la marginación de ciertas categorías de personas continúan hasta hoy, tanto en la sociedad como en la Iglesia. ¿Cuáles son hoy, las categorías de personas excluidas y evitadas en la sociedad y en la Iglesia?
c)     ¿En nuestras actitudes cotidianas de qué manera excluimos y juzgamos a los demás?
d)    ¿De qué manera en nuestra comunidad nos mostramos injustos y excluyentes?
e)     ¿Cómo imitar hoy la conducta de Jesús con los excluidos?
f)     ¿Qué retos plantea a mi vida personal el seguimiento de Jesús y su proyecto?
g)   ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?

4. Oración: ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en forma de oración todo aquello que hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre nuestra vida. «Si quieres, puedes limpiarme».

5. Compromiso: Contemplar el rostro de Dios encontrado en el texto, volver la mirada al mundo y comprometernos con el Reino de Dios y su justicia:  En Jesús, quedan abolidas las fronteras que dividen a los seres humanos. ¿En qué acciones o gestos concretos podemos construir una comunidad más coherente con las exigencias del Evangelio? Llevamos una "palabra". Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración donde volver a conversarla con el Señor.

6. Oración final: Padre creador, que nos amas y nos llamas cada día a conformar nuestra vida en tu Hijo, nuestro hermano y maestro. Danos riesgo y libertad para asumir el proyecto de tu Hijo para la construcción de una sociedad justa e igualitaria en donde cada persona encuentre su propio lugar y valía, en la que la ley no sea utilizada para beneficio de unos cuantos privilegiados sino para defender la Vida en todas sus expresiones, especialmente aquella que se encuentra en situación de peligro o desprotección. Tú que vives y amas por los siglos de los siglos.  Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN. 

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